Entre la anterior imagen y ésta ha pasado un año. Casi nadie lo diría. ¡Todo un año!
Un año de cambios intensos compensados con la evidente continuidad en las imágenes.
La imagen no vale más de mil palabras, ni viceversa. Palabras e imágenes son lenguajes paralelos: pueden ir juntos, pero nunca se cruzan. Las mil palabras que explicarían los cambios de este año os las ahorro a cambio de la persistencia de las caras de los olivares.
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